miércoles, 12 de octubre de 2005


Con la llegada a mi casa de la perrita Nico y todo el revuelo a su alrededor, tengo poco tiempo para mis cuestiones privadas. Es por eso que trato de aprovechar al máximo cada momento de tranquilidad y a veces me encuentro meditando en sitios insospechados. Lo necesito como nunca. Este cambio de vida tan brusco me descolocó, y quiero volver a mi camino. Estoy en eso. Abrazos, amigos.

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